Alejandro Martos Gallardo
Ingeniero agrónomo
El ingeniero Alejandro nos muestra algunas pequeñas reflexiones sobre la situación de nuestro país y sobre la necesidad de generar esperanza a través de las futuras generaciones y de las y los jóvenes peruanos.
Talvez nuestro Perú, de no haber sido invadido por personajes genéticamente maquiavélicos, empezando por los virreyes y los saqueadores genocidas “Conquistadores Españoles”, posiblemente no hubiese habido espacio para el germen de la corrupción, que lamentablemente nuestra historia lo desnuda a lo largo de las diferente épocas, hasta nuestro reciente bicentenario patrio.
Es triste ver cómo hemos llegado a los extremos de este cáncer social, de aceptar lo nefasto como parte de nuestras vidas y de creer que “roba, pero hace obra” o peor aún “sólo robar” es algo normal.
Hoy hemos llegado a lo más nauseabundo de la actitud politiquera, de ver autoridades en los diferentes niveles gubernamentales corroídos por la corrupción de igual manera en el sector privado, habiéndose llegado a no tener institución alguna sin salpicadura de estas atroces prácticas.
Antes delinquía solo el de cuello y corbata, ahora quizá por el mal ejemplo o consentimiento de parte lo hace hasta el más subalterno de los servidores a tal punto que desemboca todo esto en dos grandes males que cotidianamente nos asfixian. Por un lado, la delincuencia en sus diferentes modalidades y, en el otro lado, la corrupción a gran escala regada en nuestro suelo, pero claro la primera es producto de la segunda y, como si no fuera suficiente, existen grupos mal llamados políticos -porque la política es la herramienta para servir al pueblo y no para servirse del pueblo como, lamentablemente, ocurre en nuestro país- que solo trabajan para beneficios propios y/o partidarios olvidándose del poblador de a pie y, en el colmo del descaro, nos quieren hacer creer que lo hacen en beneficio nuestro, tanto de parte del poder ejecutivo como del poder legislativo.
Pero, ¿Cuál es la solución o la esperanza de un mañana mejor?, Seria natural pensar que no la hay, sin embargo, convencido estoy que si es posible, como ejemplo tenemos a Singapur -por citar un ejemplo- que supo sacudirse de lo podrido en la década del 50 en el siglo pasado, esto se logró gracias a la congregación de una nueva y fresca generación de la juventud de entonces que enarbolaron la bandera de lo ético y moral para poder cambiar a un país que estaba encaminado en la oscuridad y vaya que lo lograron con el correr de los años con un accionar independiente viendo hoy, a la luz de los hechos, un país del primer mundo que sirve como referente de que lo aparentemente imposible se hace realidad, habiendo desterrado lo infectado e infestado de esa nación.
En tal sentido es hora de que se agrupe una nueva y juvenil generación con principios y valores como estandarte de un cambio y se vaya extendiendo como prédica de un evangelio y solo así habrá nacido la esperanza de un mañana para un Perú libre en todos los sentidos.
¿Será que es posible lograr un cambio político en el país o todo se encuentra perdido?